STOP AND PLAY
La rutina diaria de
levantarse, tomar desayuno, despedirse de quienes están en casa, cumplir con un
horario y cientos de tareas puede volverse aburrido, cansador y tedioso. Puede
llegar a tanto que me cuestiono todo. Las decisiones que he tomado, lo que hago
y que quiero para mi de aquí en adelante.
En eso a diario puedo
andar hasta…que una suave brisa de primavera cambia por unos instantes dicha
rutina.
No podía ser más
perfecto aquel día completo. Desde su inicio hasta la despedida. Cada mirada.
Cada respiro. Cada beso, Cada abrazo y cada entrelazar de los labios unidos en
uno. Cada sueño pasaba aceleradamente por mi mente deseando que el tiempo se
congelara. Que nadie más existiera y que pudiésemos permanecer ahí…congelados
conteniéndonos sólo por su gran abrazo, su mirada y mis besos.
Aunque hubiese
dibujado aquella instancia no me hubiese resultado. Ni con cada detalle. Fue
definitivamente mágico. Cada conversación. El baile de él alrededor de ella en la cabaña mientras
cocinaban.
Un despertar largo, aletargado
con sueños intermitentes interrumpidos por los besos y caricias.
Sólo un gesto hizo
que todo volviese a la realidad y fue ese último beso y abrazo, en donde no hubo
promesa alguna ni demostrar nada que impidiese la partida del otro.
Sólo ahí en ese
triste momento me di cuenta de que sólo se había puesto en la vida de él un
STOP y que ahora la vida tal cual la tiene continúa: PLAY.
Ahí me di cuenta que
yo estaba sola de regreso a mi mundo. Y fue cuando visualice que ese retorno no
sería fácil y que me cambiaría todo. Porque a diferencia de él yo no tenía a
alguien que esperara en casa por mi…y aunque así hubiese sido me atrevo a
reconocerlo lo hubiese sacado ese mismo día. Porque yo no soy de dualidades.
Ni de caminos variantes. Y aunque sea sólo por suspirar y recordar hubiese
preferido estar sola y dedicar cada palabra y suspiro sólo a él….a él que para
mi no es un STOP and PLAY.
No hay comentarios:
Publicar un comentario